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Misión San Pablo

Congregación Cristiana

Comunidad cristiana  perteneciente a la Iglesia Evangélica Luterana Argentina,  que reconoce a Jesús como Señor y Salvador y Reconoce a la Biblia como norma de fe, vida y enseñanza.

Somos hermanos en la fe que se reúnen para oír la Palabra, orar, alabar a Dios y y recibir el perdón de los pecados a través  de los sacramentos instituidos por Cristo, Santa Cena y Bautismo.

Church Altar
Inicio: Quienes somos

VERDADES FUNDAMENTALES

LA BIBLIA

Es en todos sus términos la palabra de Dios, consecuentemente, todos los hechos relatados son absolutamente verdaderos. La Biblia se interpreta a sí misma y es la única verdad divina conocida sobre la tierra, anuncia la salvación por la fe en Jesucristo.

 

DIOS TRINO

Dios es trino. Esto es, un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estas tres personas son iguales, ignorar o negar uno es rechazar a todos. El Dios trino es el Creador, Redentor y Santificador.

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EL HOMBRE

El hombre no es producto de una evolución, sino que fue hecho por Dios en un acto directo de creación. Le fue dada un alma inmortal, dotada de perfecta santidad y creada para vivir eternamente; al no permanecer en obediencia a la voluntad divina, rompió la comunión íntima con Dios y quedó totalmente inclinado al mal y sujeto a la muerte. Por eso en su estado natural, no puede, por cualquier poder o fuerza de su parte, restablecer las relaciones con Dios.

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LA LEY DE DIOS

La ley de Dios exige pensamientos, palabras y acciones perfectas; la ley condena a todos aquellos que la transgreden. La ley no puede salvar a los hombres porque nadie puede cumplirla a la perfección; su función principal es la de llevar al hombre al conocimiento de su condición de pecador.

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EL PECADO

Cada pensamiento, palabra y hecho contrario a la ley de Dios es pecado. Cada ser humano es pecador de nacimiento y todo el mal en el mundo es consecuencia del pecado del hombre; el pecado lleva a la condenación eterna.

 

LA JUSTIFICACIÓN

Todo cuanto era necesario para la reconciliación del mundo con Dios fue hecho cuando Jesucristo, cargando con el castigo que merecían los hombres pecadores, dio su vida en la cruz, y resucitó. Dios, a causa de la obra de Jesucristo, declaró a la humanidad libre de la deuda y culpa del pecado, esta justificación se hace realidad en la vida de la persona cuando el Espíritu Santo otorga la fe en la obra salvadora del Cristo y a través de la fe, cada persona que cree es declarada libre de su culpa y puesta en paz con Dios.

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LA GRACIA

la gracia es la actitud y predisposición de bondad y compasión de Dios,  La gracia es gratuita porque no está basada en ningún mérito u ofrecimiento de parte del hombre. Dios se encarnó en Jesucristo para beneficiar a toda la humanidad; todos han sido declarados justos a través de él, y ésta invitación de gracia se extiende a todos, si bien sólo se benefician con ella quienes la reciben por la fe. La gracia de Dios es revelada en el envío de Jesucristo como hombre, en la justificación del pecador, en su regeneración por el Espíritu Santo y en su glorificación.

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EL SALVADOR

 Jesucristo es el Hijo de Dios y que es igual al Padre en todos los sentidos, también es el hijo de la virgen María y que fue hecho hombre a fin de que pudiese redimir al mundo. Él satisfizo las exigencias de la ley divina en lugar de todos los hombres, guardando los mandamientos de Dios en nuestro lugar, cargó con el castigo de nuestros pecados sufriendo y muriendo en la cruz, en nuestro lugar, resucitó corporalmente de entre los muertos y hoy vive, vendrá visiblemente por segunda y última vez en el fin del mundo para juzgar a los vivos y a los muertos.

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EL EVANGELIO

El evangelio no es una nueva ley, o ley superior, sino que es la revelación de la buena noticia de aquello que Dios en su gran amor y bondad hizo, hace, y continúa haciendo, por medio de Jesucristo para la salvación de toda la humanidad. El evangelio ofrece en forma gratuita a todos los pecadores la justificación lograda por Cristo Jesús. Por el evangelio de Jesucristo, Dios salva eternamente a aquellos que con fe aceptan sus promesas.

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EL ARREPENTIMIENTO

El arrepentimiento es el reconocimiento del pecado y el sincero pesar por el mismo, el arrepentimiento es una condición sin la cual ningún hombre puede tener la esperanza de ser salvo. Todo pecador verdaderamente arrepentido tiene asegurado el perdón gratuito y completo de Dios.

 

LA FE

La fe es un don de Dios. La fe es plena confianza en la obra salvadora de Cristo. La fe no es un acto personal o un mérito humano, sino la obra del Espíritu Santo. Aquel que permanece en esta fe hasta el fin, será salvo real, plena y eternamente. Sin fe la salvación es imposible.

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ESPIRITU SANTO

El Espíritu Santo es Dios, al igual que el Padre y el Hijo. Por lo tanto, no es una mera fuerza, poder o manifestación de Dios que esté a disposición del creyente. Él es quien opera en la persona el nuevo nacimiento o regeneración por medio del arrepentimiento y la fe. El bautismo del Espíritu Santo que se promete en la Biblia ocurre en el momento de la regeneración, y no necesariamente se manifiesta de un modo extraordinario. El Espíritu Santo habita en el creyente, lo hace hijo de Dios y lo une a la familia de la fe (la Iglesia); su permanencia le garantiza la salvación y su herencia en los cielos. El Espíritu Santo santifica al creyente, guiándolo a vivir bajo la voluntad de Dios.

Los dones y frutos que da el Espíritu Santo son para el crecimiento del reino de Dios y no para provecho personal o como un fin en sí mismos. El Espíritu Santo actúa por medio de la Palabra de Dios, sea ésta escrita, hablada o visible -a través de los sacramentos-; y puede hacerlo en la forma que mejor le pareciere.

La venida del Espíritu Santo inaugura los tiempos previos a la segunda venida de Jesucristo. Él resucitará a los creyentes y los glorificará.

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LA CONVERSION A LA FE

La conversión no es un mero cambio de conducta, sino un cambio de corazón, un renacer espiritual obrado por Dios a través de su Palabra en el hombre.

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LA SANTIFICACION

La conducta y vida santificadas siguen a la conversión, y que son frutos y consecuencia de la fe. Todos los cristianos deben ser, y son, activos en buenas obras;

aunque la santificación es progresiva, la perfección en ella no será alcanzada sino en la vida eterna.

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LA IGLESIA

Existe una iglesia invisible, que es el conjunto de todos aquellos que creen en Jesucristo como su señor y salvador; esa iglesia es una sola. Jesucristo es cabeza y Señor de la iglesia. Todos sus miembros gozan de iguales derechos. La iglesia verdadera está dondequiera que se conozca, crea y proclame activamente el evangelio de Cristo y durará para siempre.

Existe una iglesia cristiana visible, la cual se compone de todos aquellos que profesan la fe cristiana y se reúnen en torno a la palabra de Dios. Es deber de todo cristiano sincero buscar aquella parte de la iglesia visible que retiene la pura doctrina y la práctica correcta y unirse a ella.

No estamos  de acuerdo con los sistemas jerárquicos de gobierno eclesiástico y se sostiene la autonomía de la congregación local, que, sin embargo, está ligada a la palabra de Dios en enseñanza y práctica.

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EL BAUTISMO

El Bautismo es un lavamiento regenerador, divinamente instituido;

se destina tanto a niños como a adultos, y que se puede aplicar lavando, rociando con agua o sumergiendo en ella. el Bautismo obra el perdón de los pecados, libra de la muerte y del diablo y da la salvación eterna a todos los que creen lo que dicen las palabras y promesas de Dios: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.

Dios en su gracia, a todos los que reciben el bautismo con fe, les da el perdón de los pecados y la promesa de vida eterna.

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LA CENA DEL SEÑOR

El sacramento de la Santa Cena, el cuerpo y la sangre de Jesucristo están verdaderamente presentes en y con el pan y el vino, y son recibidos por todos los que comen y beben en la mesa del Señor. Los cristianos reciben el cuerpo y la sangre de Cristo para perdón de los pecados, fortalecimiento de su fe y crecimiento en la piedad. La Santa Cena debe darse solamente a aquellos que profesan la fe cristiana. La Santa Cena es la manifestación de la comunión con Dios y con los demás miembros de la iglesia

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LA ORACION

La oración es la comunicación de los cristianos con Dios. No es un acto por el cual se obtengan méritos o recompensas. Todo cristiano tiene el privilegio y la oportunidad de practicarla regularmente para provecho propio y para beneficio de otros, la oración hecha con fe, conforme a la voluntad de Dios, tiene la clara y segura promesa de que Dios la acepta y responde a su modo y a su tiempo.

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DIABLO E INFIERNO

Existe espíritus (llamados “demonios” en la Biblia), dotados de poder, que son enemigos implacables de Dios y de su iglesia; estos, fueron lanzados al infierno que es el lugar de castigo.

El castigo es lo opuesto a la vida y la salvación. Se lo suele describir como el fuego eterno o la eterna separación de Dios. En el día que Jesús regrese todos los hombres que murieron sin fe en Jesucristo serán destinados al infierno de tormento y condenación eterna.

La existencia del infierno es una realidad que se basa en la autoridad de las Escrituras Reveladas.

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LA MUERTE Y EL MÁS ALLÁ

La muerte terrenal es la separación del cuerpo y el alma. El cuerpo será resucitado el día en que Jesucristo regrese y se unirá nuevamente al alma. Todos los hombres serán juzgados por Jesucristo. Todos los creyentes en Jesucristo recibirán la vida eterna en el cielo, en cambio los no creyentes serán apartados de la presencia de Dios e irán a la condenación eterna.

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Inicio: Cita
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Juan 10:1-10. Reina-Valera 1995

Parábola del redil

10 »De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. 2 Pero el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre y las saca. 4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. 5 Pero al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. 6 Esta alegoría les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les quería decir.

 

Jesús, el buen pastor

7 Volvió, pues, Jesús a decirles:

—De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores, pero no los oyeron las ovejas. 9 Yo soy la puerta: el que por mí entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Juan 20:19-31.

"Jesus aparece a los discipulos"

 19 Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos se reunían por miedo a los judíos, Jesús entró, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡Paz a ustedes!”. 20 Habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se regocijaron cuando vieron al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: “¡Paz a ustedes! Como me ha enviado el Padre, así también yo los envío a ustedes”.

22 Habiendo dicho esto, sopló y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. 23 A los que remitan los pecados, les han sido remitidos; y a quienes se los retengan, les han sido retenidos”.

Jesús convence a Tomás
24 Pero Tomás, llamado Dídimo, uno de los doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús. 25 Entonces los otros discípulos le decían:

—¡Hemos visto al Señor!

Pero él les dijo:

—Si yo no veo en sus manos la marca de los clavos, y si no meto mi dedo en la marca de los clavos y si no meto mi mano en su costado, no creeré jamás.

26 Ocho días después, sus discípulos estaban adentro otra vez y Tomás estaba con ellos. Y aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró, se puso en medio y dijo:

—¡Paz a ustedes!

27 Luego dijo a Tomás:

—Pon tu dedo aquí y mira mis manos, pon acá tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.

28 Entonces Tomás respondió y le dijo:

—¡Señor mío y Dios mío!

29 Jesús le dijo:

—¿Porque me has visto, has creído?[a]. ¡Bienaventurados los que no ven y creen!

El propósito de este libro
30 Por cierto, Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero estas cosas han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre.  vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido encontrado'”.

Jesús de Nazaret

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